Con el inicio del calor, siguen apareciendo mariposas, aunque todavía no se ve mucha variedad.
Hoy muestro tres especies, todas ellas fotografiadas en el Parque Natural de Redes.
La primera es la c-blanca (Polygonia c-album), así llamada por una manchita blanca en forma de c que tienen en la parte inferior de las alas posteriores (foto 2); los ingleses ven en esta mancha la forma de una coma, y por ello la conocen como “The Comma”. En esta época, se trata de ejemplares nacidos el año pasado y que han conseguido sobrevivir al invierno. Se aprecia el desgaste y decoloración de las alas. Este ejemplar lo fotografié ayer en el desfiladero del Alba.
Otra especie que he empezado a ver estos días por mi casa es la Celastrina argiolus, conocida como náyade; este nombre hace referencia a las ninfas de los arroyos de la mitología griega, dada la costumbre de esta mariposa de frecuentar zonas con humedad (prados húmedos, bordes de arroyos y charcas…). Digo yo que en asturiano podríamos llamarla xana.
En este caso, las fotos corresponden a un macho que estaba en las plantas que salen en los bordes de un pequeño canal de riego que pasa por mi finca hasta la del vecino. Esta es una zona en la que encuentro muchas mariposas, tanto en número como en variedad de especies, sobre todo cuando están las mentas en flor.
La tercera que muestro hoy es una especie muy común, la conocida como blanca verdinerviada (Pieris napi), debido a que en la parte inferior de las alas posteriores los nervios están bordeados por pelillos de color verdoso (en inglés, Green-veined White).
Yo le cambiaría el nombre al blog: uno bueno podría ser ‘Mariposeando‘…
😉
¿Y a qué lo dedico los cinco meses invernales sin mariposas?
A mariposear, obviamente…