Ayer por la noche, aprovechando que había “algo de calor” (10ºC) y lloviznaba, salimos mi amigo Julio y yo por los alrededores de casa a la búsqueda de los pequeños bichejos de la noche. Provistos de linternas, nos dedicamos a inspeccionar un talud de pizarra, con abundantes grietas, musgo, helechos…
En poco tiempo, ¡premio!, encontramos cinco salamandras rabilargas (Chioglossa lusitanica) y un caracol de Quimper (Elona quimperiana).
La salamandra es un endemismo ibérico, que se encuentra solamente en la franja cantábrica, Galicia y norte de Portugal. Es nocturna y durante el día se esconde entre el musgo, la hojarasca y pequeñas grietas del terreno.
Por su parte, el caracol de Quimper, también nocturno, se localiza solamente en la franja cantábrica y en la Bretaña francesa.
Las fotos las hice al día siguiente, después de buscarlos bastante tiempo, y eso que sabía dónde estaban.
Recuerdo cuando me la encontré en Degaña, en una zona de musgo casi encharcada. Me pareció guapa, con aspecto cristalino, pero eso sí, menos llamativa que la salamandra común. El brillo que tiene dficulta la fotografía, sobre todo si se quire utilizar flash.
Sin duda estas historias de bichejos pequeños son las que más me atraen. Me encanta ver las fotos.
Una noche de vivaqueo mi amigo Sergio Gordo y yo nos encontramos una salamandra común lo suficientemente atrevida y descarada como para llamarnos la atención, y lo más entretenido, una manada de lo que yo creo que eran zorrillos, atraídos por el fuerte olor de una riquísima cena de pote gallego. Lamentablemente solo se apreciaban los ojos relucientes, la noche y la velocidad de los susodichos nos impidió obtener una foto decente.